LOS DONES DEL ESPIRITU (DOCTRINA BASICA)

LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO

 

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de Ministerios pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero es el mismo Dios el que hace todas las cosas en todos. Pero cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común.

1 CORINTIOS 12:4-7 (LBLA)

 

INTRODUCCIÓN

 

Por principio debemos de saber que un don es una dádiva o regalo que se recibe de parte del Señor no  por méritos ni por paga, sino por el puro afecto de Su voluntad, por su gracia. Toda buena dádiva y  todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en el cual no hay cambio, ni  sombra de variación  (Stg. 1:17).

 

I — DIVERSIDAD DE DONES

 

Por cuanto la Iglesia es su cuerpo, el Señor la ha dotado de diversidad de dones. En las escrituras se  nos muestran dones que marcan un hacer directo en el cuerpo de Cristo (Ro. 17:6-8), como el servicio,  la enseñanza, la exhortación, el dar y otros.

Es nuestro Señor Jesucristo quien da los ministerios primarios (1 Co.12:28; Ef. 4:11) a los cuales El les llama dones, pues son regalos del Señor para su cuerpo (Ef. 4:8).

 

Es por medio de los dones que al hijo de Dios se le hace apto para el cumplimiento del llamado que el Señor le haya hecho. Es el equipamiento por el Espíritu Santo para la obra del ministerio.

 

 

II — LOS DONES SON IRREVOCABLES

 

Porque los dones y el llamamiento de Dios, son irrevocables (Ro. 11:29). Es por ello si hemos recibido el don del Espíritu Santo es irrevocable y si nos ha llamado, podemos estar seguros que cierta-mente tendrá su fiel cumplimiento; pues así como nos fue dado Jesucristo totalmente en nuestros corazones, en la misma forma el Espíritu Santo nos fue dado.

 

  III — LOS DONES SON DEL ESPÍRITU SANTO

 

Sabemos que estamos en la era del Espíritu. Él es quien controla todo el hacer de la Iglesia. Por lo tanto, nadie puede siquiera intentar arrogarse ser dueño de dichos dones, pues es el Espíritu quien los  manifiesta para el bien común y de acuerdo al propósito eterno. Ciertamente son nuestros, porque se  reciben para poder hacer la obra del Señor en nosotros y en su cuerpo, caminando y viviendo en el Espíritu; pero recordemos que ni nosotros nos pertenecemos a nosotros mismos, porque fuimos comprados con precio y precio de sangre. ¡Aleluya! ¡A Dios sea la gloria!

Nadie puede usarlos a su capricho, sino bajo la guianza del Espíritu Santo. Eso sí, podemos optar a ellos, porque son necesarios para la lucha o batalla espiritual y la batalla de la fe que actualmente corremos en el nombre de Jesús.

 

Los dones del Espíritu Santo y sus manifestaciones son:

 

  1. PALABRA DE SABIDURÍA

 

Es un don de revelación por medio del cual el Espíritu Santo da a conocer o declara un hecho futuro, con el fin de que el cuerpo de Cristo esté apercibido en un momento específico de lo que acontecerá, conforme se aproxime el arrebatamiento de la iglesia será más profusa la manifestación de este don para cuidar a sus ministros y congregaciones. Puede ser manifestado para un pueblo, una congregación o para una oveja en forma individual. Ejemplos:

 

  1. Cuando el profeta Agabo, por palabra de sabiduría dio a conocer que habría hambre en toda la tierra (Hch. 11:27-30) durante el reinado de Claudio, habiendo dado los hermanos de Antioquía socorro a los de Judea.

 

  1. Cuando el profeta Agabo, por palabra de sabiduría profetizó al tomar en sus manos el cinto del apóstol Pablo y atándose de pies y manos dijo: “Así atarán los Judíos en Jerusalén al dueño de este cinto y lo entregarán en manos de los gentiles” (Hch. 21:10-11).

 

  1. PALABRA DE CIENCIA

 

Es un don de revelación por medio del cual el Espíritu Santo da a conocer o declara un hecho pasado o presente, que afecta al cuerpo de Cristo. Es útil para llevar limpieza de pecado y libertar de ataduras al pueblo del Señor, manifestando así ante sus hijos que no hay nada oculto para El; mostrando su gran misericordia y señorío. Ejemplos:

 

  1. Cuando Ananías y Safira pretendieron mostrar un testimonio falso de amor al prójimo, tratando de engañar al apóstol Pedro con una aparente entrega de todo el producto de la venta del terreno (Hch. 5:1-11).

 

El Señor hoy limpiará su cuerpo de los falsos testimonios y declarará en público lo que se hace en secreto para que haya temor de Dios; lo cual librará a su iglesia de las contaminaciones del mundo y de la carne.

 

  1. Cuando el Señor le pidió a la mujer Samaritana que trajera a su marido, ella le respondió que no tenía marido y el Señor le dijo: “Bien has dicho, no tengo marido, porque cinco maridos has tenido y el que ahora tienes no es tu marido, en eso has dicho la verdad. La mujer le dijo: Señor, me parece que tú eres profeta, y entró al pueblo diciendo: venid, ved a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho (Jn. 4:17-29).” Lo mismo sucede hoy en las ministraciones cuando el hermano o hermana no declara la verdad y el Espíritu Santo por medio del ministro descubre la verdad  para otorgar el perdón de pecado por medio de la confesión. La hora viene en que el Espíritu santo profusamente manifestara este don dentro del pueblo del Señor.

 

  1. DISCERNIMIENTO DE ESPÍRITUS

 

Es un don de revelación por medio del cual el Espíritu Santo permite a sus ministros con  certeza, saber qué espíritu es el que se manifiesta, ya sea por boca, por vaso o por medio ambiente. Este don es vital para que todo hijo de Dios no sea engañado ni influenciado por cualquier espíritu, porque hay mucha confusión debido a que el espíritu de error está operando y como estamos en tiempos finales hay muchos espíritus de error que saldrán por el mundo con un evangelio falso y peleando áreas de dominio.

Este don será manifestado en un momento determinado, para detener la acción de espíritus  contrarios  a la voluntad del Señor y al Espíritu Santo. Por medio de este don, toda la Iglesia ungida  podrá pelear bajo la guianza del Espíritu Santo, la batalla espiritual a la que somos llamados (Ef. 6:12).

 

Este don también es útil para discernir qué espíritu domina en un lugar a donde somos enviados  para llevar este glorioso evangelio. Para saber qué espíritu puede estar estorbando nuestros hogares o  de los hermanos, en los trabajos, en los negocios; pudiendo luchar con ellos para quitarles derechos y  dominios en el nombre de Jesús. Ejemplos:

 

  1. Cuando el apóstol Pablo en Filipos echó fuera de una mujer un espíritu de adivinación para que no estorbara la obra del Señor (Hch. 16:16-18).

  1. Cuando el señor Jesucristo sanó a una mujer enferma durante 18 años, por causa de un espíritu (Le. 13:11-16).

 

  1. DE FE

 

Es un don de poder que el Espíritu Santo manifiesta en un momento específico para hacer la  obra del Señor, de acuerdo a su propósito. Va muy estrechamente ligado a los dones de sanidad (salud  divina) y al de milagros. Ejemplos:

 

  1. Cuando el Señor reprendió los vientos en el mar (Mr. 4:38-41).

 

  1. Cuando el Señor multiplicó los panes (Jn. 6:11).

 

  1. DE MILAGROS

 

Es un don de poder que el Espíritu Santo manifiesta, en un momento específico, y cuya característica es que se realiza contra toda ley natural. Ejemplos:

 

  1. Cuando el Señor caminó sobre las aguas hacia el barco en que se conducían sus discípulos fue rota toda ley de gravedad (Mt. 14:27-29).

 

  1. Cuando al Señor quisieron aprehenderlo las multitudes, la Biblia declara que habiendo pasado en medio de ellos fue ocultado (Jn. 8:58-59).

 

 

  1. DE SANIDAD

 

Es un don de poder que el Espíritu Santo manifiesta, en un momento específico, operando salud física sobre los hombres (hijos o no hijos de Dios). Ejemplo:

 

  1. Cuando el Señor sanó a la mujer de flujo con sólo que ésta haya tocado su manto (Mr. 5:25).

Los dones de fe, milagros y sanidad siempre han sido notorios, siendo manifestados profusamente en los ministerios evangelísticos. Pero hay que recordar que las señales seguirán a los que creen (Mr. 16:17-18).

 

  1. DE PROFECÍA

 

Es un don que por medio del Espíritu Santo el Señor envía Su palabra para una congregación  o para una persona en lo individual, sin que haya existido antes un mensaje en lenguas. Esta profecía es útil para edificación, exhortación y consolación (1 Co.14:3-5). Es un  mensaje específico para un momento específico o para una labor específica. Ejemplos:

 

  1. Cuando el apóstol Pablo le dice a Timoteo: “Este mandamiento, hijo Timoteo, conforme a las profecías que antes se hicieron en cuanto a ti, a fin de que por ellas pelees la buena batalla (1 Ti. 1:18).”
  2. 2. Cuando Timoteo es amonestado por el apóstol: “No descuides el don espiritual, que está en tí, que te fue conferido por medio de la profecía (1 Ti. 4:14).”

 

  1. 3. El libro del Apocalipsis, que todo es una profecía.

Es tan importante la profecía, que la Biblia dice que no las menospreciemos (1 Ts. 5:20).

 

  1. DIVERSAS CLASES DE LENGUAS

 

Este don del Espíritu Santo no se refiere a la lengua que todos tienen como señal de haber sido bautizados por el Espíritu Santo, sino que se manifiesta a nivel de congregación por medio de un mensaje en lengua, para ser interpretado.

Este don es dado para que el hijo de Dios sea profusamente edificado, cuando se hablan muchas lenguas en la vida personal.

 

  1. INTERPRETACIÓN DE LENGUAS

 

Este don del Espíritu Santo es manifestado en las congregaciones para interpretar el mensaje que le ha precedido. Es importante señalar que no es una traducción de lenguas, porque un mensaje en lenguas puede ser corto y su interpretación más abundante o viceversa. Si alguno es útil para dar mensajes en lenguas, pida al Señor ser también su intérprete.

 

Mientras el vaso tenga más palabra del Señor en sí, las interpretaciones son mas enriquecidas; pues el Espíritu Santo da sus mensajes dentro del marco de la palabra escrita y esa es la prueba de que es de Dios.

 

Hay vasos que no se ejercitan en el don y dan mensajes entrecortados por la voz o por las lágrimas. Debemos buscar la excelencia, es para el Señor.

 

 

CONCLUSIONES

 

  1. Ejercitémonos en los dones del Espíritu Santo, viviendo y andando en el Espíritu para ser útiles en todo tiempo y en todo lugar.

 

  1. Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para el bien común (1 Co. 12:7).